miércoles, 25 de enero de 2012


"PREFIERO 10.000 AUDACES QUE SE EQUIVOQUEN, A 70.000 COBARDES QUE ESPEREN 40 CONFIRMACIONES PARA HACER ALGO PARA DIOS..."

MIO ERES TU…!!

En una ocasión mientras compartía con unos compañeros de la universidad acerca de quiénes éramos?? Que soñábamos??? Que queríamos en un futuro??; Comencé a pensar sobre que debería responder yo sin que mi lenguaje pareciera religioso o fanático, pensaba el cómo contestar a estas preguntas quizás apuntando a lo que todos hablaban: unos soñaban con ser gerentes de grandes empresas otros pensaban en ser grandes en su profesión, crear empresa, viajar por el mundo, conocer distintos lugares, en fin, una serie de sueños que un ser humano común y corriente tendría a esta altura de la vida.

Y aunque inicialmente sonaran estas preguntas fáciles de responder, cada vez que intentaba pensar algo para argumentar, y ya casi acercándose mi turno de hablar, en lo único que podía pensar era en Él, parecía que no tuviera sueños propios, que en un momento de mi vida algo hubiera pasado en mi que hiciera que me olvidara de mi mismo; intentaba recordar algo que soñara en mi niñes para decirlo, intentaba autodefinirme y explicar quien era sin la necesidad de meter a Dios en mis palabras; pero aunque hacia mi mayor esfuerzo nada absolutamente nada pasaba por mi mente, intentaba soñar algo con mi profesión, o con viajar, o con algo que los “descretara”, pero nada de esto llamaba mi mas mínimo interés, y aunque ellos no sabían si en verdad lo que dijera era cierto tampoco podría mentirles acerca de esto, quería ser lo más sincero posible.

Y entonces fue en ese momento cuando llego mi turno de hablar, era la hora de dejarlos con la boca abierta acerca de lo que soñaba, pero apenas pude responder unas pocas palabras… y si que los dejo sin palabras cuando me escucharon… las únicas palabras que pude articular en mi boca y que dije aun estando muy pensativo fueron “acabo de descubrir que no soy nadie… que no tengo sueños propios…y que incluso no respiro ni vivo por mí mismo”. Ellos sin saber si les estaba hablando enserio o si les estaba jugando una broma, hicieron un momento de silencia en el que se miraban y me miraban, desconcertados de mi respuesta, y sin ver mas palabras de mi parte, solo rieron.

Pero aunque mi turno ya había pasado y había sido muy sincero con mi respuesta, esas preguntas continuaron recorriendo mi mente, no podía creer que no hubiese sido capaz de responder unas preguntas tan sencillas como esas; y entonces fue esa misma noche cuando llegue a mi lugar secreto, a estar a solas con él, era la hora de responder a esas preguntas en el silencio de mi habitación, lo único distinto en ese momento era que no buscaría las respuestas en mi mente, sino que era él … si él, el espíritu santo, mi amigo quien debería responderme a esas preguntas … Señor, le dije, podrías decirme: quien soy?, Que sueño? , Como me veo en un futuro? .

Y sin más respuesta que un susurro en mi espíritu que me decía “mío eres tu”, tuve que ser sincero y dejar que las lagrimas corrieran por mis mejillas, por un momento me vi de niño hablando de quien quería ser “cuando grande”, quería ser actor jajaja si actor; pero me di cuenta que poco después de eso algo paso en mi vida y que desde ese momento deje de soñar para mi, olvide soñar, olvide al niño que quería ser actor y estar ante cámaras.

Pero: que era eso que había hecho que olvidara soñar? Mmm quizás la pregunta no era “que” sino quien? quien había hecho que dejara de soñar por mi mismo? Quien había llegado a mi vida que hiciera que por años dejara de lado lo que creía “mi propia vida”.

Y bueno lo único que pude recordar fue una noche cuando una amiga de mi mama le pidió permiso para llevarme a una reunión de su iglesia, una reunión “ungida”, decía ella, y mi madre accedió; era la primera vez que yo frecuentaría una iglesia cristiana, toda mi niñez fue basada en la enseñanza católica, y aunque era un pequeño de apenas 7 u 8 años de edad había gran expectativa en mi sobre lo que vería esa noche.

Apenas logro recordar que llegamos a ese lugar, una iglesia cristiana, era de noche y estaba un poco llena, ¿como no? si ese día predicaría un profeta invitado, o eso era lo que oía que la gente decía, bueno así comenzó la reunión, no recuerdo de que trato la predicación, no recuerdo que se dijo esa noche ni que canciones se cantaron, solo logro recordar algo que marco mi vida como nunca antes.

Esa noche cuando en mi habitación le preguntaba al señor quien era yo, y luego de que me dijera “mío eres tú”, el señor trajo esa escena a mi mente, nunca antes lo había visto de esa manera, pero esa noche lo entendí, supe el momento en que mis prioridades habían cambiado, supe el momento en que mis sueños tomaban otro color y sin darme cuenta supe que ese día mi vida había cambiado de rumbo.

Había terminado la predicación, y sin percatarme la gente estaba pasando al altar, “el profeta va ministrara” decían; y yo sin entender que pasaba simplemente hice lo mismo que los demás, pase al altar junto a la amiga de mi madre, todos cerraban los ojos y cantaban, el ministro mientras tanto hablaba desde el pulpito, muchos lloraban, otros estaban de rodillas; yo simplemente observaba a mi alrededor, hasta que llego el “gran momento” o bueno a así lo llamo yo, porque este hombre ordeno que todos se tomaran de sus manos y dijo que cuando soplara muchos serian llenos del espíritu santo, mmm que raro me sonaba todo, pero con gran expectativa simplemente observaba y con los ojos medio abiertos me fijaba en todo lo que pasaba.

Este hombre conto de 1 a 3 y entre cada numero solo oraba, 1… 2… y 3… simplemente soplo, y vi como todos caían al piso, unos lloraban otros reían, otros temblaban, otros hablaban en un lenguaje muy extraño, pero todos estaba en el suelo; de un momento a otro de una forma muy extraña todo mi cuerpo comenzó a temblar, no sabia que pasaba, comencé a llorar, lo recuerdo muy bien porque ahora se que era mi primera experiencia con el espíritu santo, recuerdo que lloraba sin poder parar y sentía que no podía estar mas de pie.

Lo único que se me ocurrió hacer en ese momento fue acercarme a una columna que estaba cerca y sostenerme muy duro, porque si me soltaba sentía que me caía y que no podía estar de pie.

Solo puedo recordar a aquel niño abrazado de aquella columna, llorando y llorando con sus ojos cerrados, sin entender lo que pasaba, y con simplemente tres palabras que salían de su boca: “te amo Dios”.

Y aunque en ese momento no entendía lo que pasaba, ahora todo me era muy claro, él me estaba tocando, él estaba tomando mi vida; fue hay donde todo cambio, claro que si!! Fue esa noche en esa pequeña iglesia donde mi vida fue sellada, donde sin entenderlo él había decidido hacerme suyo, y hacer míos sus sueños.

Ahora lo comprendo, no soy yo, es él; no son mis sueños son sus sueños en mi, él los hiso míos. Por eso era imposible contestar la pregunta de mis amigos sin meter a Dios en todo, sencillo: es porque Él es mi todo, esa noche el se convirtió en mi vida, en mi respirar, en mi presente y en mi futuro desde ese día y sin saberlo ÈL es lo que sueño, mi necesidad, mi adicción, y mi mejor amigo.

Quizás te suene hermosa esta historia o no tan hermosa, un poco aburridora o no tan aburridora, solo quería contarte esta experiencia de mi vida con el fin de hacerte reflexionar sobre las mismas preguntas que me motivaron a escribir estas líneas: quien eres tú?, que sueñas? Cuáles son tus aspiraciones?

Así como un día estas preguntas tuve que contestarlas, hoy quiero hacértelas yo a ti, y que te tomes un tiempo para meditarlo; quizás te sea un poco difícil responderlas con sinceridad como me fue para mí, o quizás te sean muy fácil de responder.

Sea cual sea tu situación quiero decirte que Dios todo lo tiene bajo control, que aun en tu niñez el ya estaba sobre ti, que a pesar de las circunstancias, el siempre a estado presente en tu vida y que de una u otra manera el siempre lo estará.

En lo que sabes hacer, en lo que Dios te llamo a hacer, simplemente: vive para él, respira por él, vence por él, y sobretodo nunca pero nunca dejes de SOÑAR por él y para él.

Porque:

“Mas ahora, así dice el SEÑOR tu Creador, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú.”

Isaías 43:1


AVIVAJOVEN